El 14 de Febrero se celebra de forma diferente här i Sverige.
No es extraño para a un hombre recibir flores y geléhjärtan de su particular Valentina. No compraré bombones - sólo he invertido en esta manzana, pero celebraré el día intentando hacer feliz al que tengo al lado. Madrugando para pillar el bus que sale a las 7AM de camino a Romme Alpin. Una estación más alejada, pero con pistas más largas que las que quedan a un trayecto de metro.
Es irónico coger un bus desde Cityterminalen el 14 de Febrero.
Ése solía ser el punto en el que nos despedíamos hasta la próxima - sin saber exactamente cuándo sería, en el que Enrique partía hacia Skavsta y su vuelo de Ryanair, cuando cada una de sus estancias en la ciudad tocaban fin. Lloros. Desde Cityterminalen hasta Kista. Desde T-Centralen hasta casa. Desesperación. Una separación que parecía no terminar nunca. Imágenes, recuerdos que se proyectaban a toda velocidad at the back of my mind mientras parecía la loca del día, llorando a lágrima viva en medio del vagón de metro.
Ahora que la pesadilla ha pasado, es genial disfrutar de nuestras cosas. Sentir que no son necesarias las cenas de postín ni los regalos caros. Tan sólo un par de billetes que nos permitan disfrutar de una afición que hemos descubierto juntos.
Feliz San Valentín a tod@s.
PS: Gracias por vuestro apoyo. Por recordarme que hay muchas formas de sentirse querido.
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