Not photoshopped - believe me, just a comparison between Chinese apples & Swedish watermelons.
La vuelta a la vida real está siendo tan dulce como estresante. Sonriente con mis nuevos pingos, con los buenos recuerdos del finde largo, con los cambios a mejor y los planes de futuro, me sumerjo en mi día a día frío, solitario, que se llena de dramas internos, enemistades antiguas y problemas repentinos de los que soy responsable. Lo cual mola, hasta que se convierte en esclavitud y te aleja de lo que te gustaría hacer, para dejarte atascada entre esos cuatro muros durante más horas de las deseables. En fin. Un día es un día, el mundo no se termina y mañana, intentaré que la cosa cambie. Porque responsable o no, el sedentarismo es el camino seguro a la depresión.
Siempre me quedará el finde. Tras el maravilloso paseo de vuelta a casa con el recién llegado, se acerca un finde en el que al pobre de Enrique le tocará trabajar. Así que habrá que desviar el tiempo a los planes del colectivo mariPepi y el dedicarme algo más a mí, que como bien apuntaban por ahí, siempre sube la moral - cuanto más hundida cari, más mona! Cuánto sabe David.
Pero yo, debo de ser extraña. Porque lo que de verdad me alegra es ver a las mujeres que más quiero cambiar su vida, aparcar malos hábitos, ponerse el mundo por montera y empezar a cuidarse en serio. Que para cuatro días que son, quién se los quiere pasar en casa?
Es fácil cambiar sandías por manzanas. Sólo cuestión de creer en que es posible y dar unos pocos pasos en la dirección adecuada, sea coger un avión o empezar en el gym, la respuesta es muchas veces más simple de lo que parece. Predicaré con el ejemplo yéndome YA a dormir, que cuanto antes entre... Antes saldré!
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