...cómo tú por aquí?
Supongo que se trata de una frase normal para tod@s vosotr@s, no? Algo cotidiano, encontrarte a un buen amigo en un sitio al que os gusta ir, como el Blanco, el café de la esquina, el gym o los rayos. Algo extraño en el día a día Estocolmiano - o al menos, en el mío propio.
Esos 15' escasos que habremos pasado hablando han puesto la guinda a un día genial. No currowise but personal-wise. Lunch con Enrique y sus amigos - los testers son gente que mola de verdad - paseo con mamá en las orejas, emails a la distancia y fotos de felicidad en tierras Galas. Ya empiezo a tener mariposas en la tripa, con tan sólo pensar en que el viernes estaré con mamá, enseñándole las maravillas Vienesas y viéndola flotar en la tierra que dio luz a su adorada música clásica.
Todos tenemos pasiones y lo importante, es disfrutar de ellas. A mí... Me gusta la cena casera, merecida tras una machacada corriendo, aliñada con series horteras, como The Hills. Para desconectar de mis tecnicismos y complejidades laborales.
Sin embargo, Enrique consiguió convencerme para ver otra cosa en esa media hora. Juzguen ustedes mismos:
El mayor riesgo de todos está en vivir y la mayor desgracia, en no ser feliz.
Así que cada vez más contenta por haber dejado mi über sentido de la responsabilidad en casa por 6h, os dejo con dos nuevas ristras de fotos que cotillear en Plezuro. En ellas mostramos los vestidos que las niñas lucirían en su Studenten que es el evento adolescente, cuando toda suequita termina el Instituto y se pilla el ciego de su vida montada en un camión que recorre la ciudad, con gorra de capitán de barco incluida.
1 comment
Impresionante el documental!!!
Vaya llorera...
El otro día le decía a mi madre que no entendía a estos montañistas, porque arriesgan a sabiendas sus vidas subiendo a esas montañas, pero con este documental puedo entenderlos un poquito más.
Besos guapa,
María
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