En Japón, regalar es un arte donde el envoltorio se considera una parte central de la experiencia asociada a recibir un regalo.
El abrir y descubrir el contenido es tan importante como el mismo. De hecho, hay diferentes maneras de envolver las cosas, dependiendo de lo que sean (igual que el numeral empleado para contarlas cambia i.e. no es lo mismo tercera planta, que tercer niño o tercer café).
Hay diferentes reglas para cubrir los objetos: envoltorios especiales para el dinero (kinsu-tsutsumi), los pinceles (fudetsutsumi), las barritas de tinta, los kimonos o los obis (ogi-tsutsumi y obi-tsutsumi), los abanicos (oshiroi-tsutsumi), los peines, las agujas, los palillos (hashi-tsutsumi), el incienso, etc.
De ahí, que cuando vas a cualquier tienda recibes tu adquisición cual regalo requetempaquetado que el dependiente deposita a dos manos, con reverencia, mientras abandonas el lugar.
Ejemplo: Un par de pintauñas se convierten en una preciosa goodie bag con lazo, bolsita de plástico protectora - por si lloviera - y unos cuantos regalitos inesperados.

El lazo.

Bolsita interior de plástico.
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