Uno de los primeros recuerdos que tengo de Japón es el llegar a la recién estrenada oficina (my empresa se trasladó a un maravilloso edificio en el Shiodome business area, la más moderna y repulida de la ciudad) para descubrir millones de ENORMES maceteros plagados de orquídeas. Uno junto a otro, en la selva más mágica que hubiera presenciado jamás.
No hace falta ser un experto en el significado de las flores, para darte cuenta de que en Japón, las orquídeas blancas son la mejor manera de desear prosperidad a un negocio que acaba de comenzar. Es normal encontrarlas en la puerta de restaurantes, tiendas, peluquerías así como en la recepción de empresas, cuya sede no suele encontrarse al pie de calle.
A punto de cumplir un año de estancia en Tokyo, con el contrato recién firmado para quedarme (al menos) un año más, recibí el macetón más grande que me hayan regalado jamás. Para mí significan algo más, por tratarse de mi flor favorita, la única especie de la que se componía mi bouquet de boda.
No comments
Post a Comment