Khlong Saen Saeb canal
Baan Khrua
Al salir de la casa de Jim Thompson decidí continuar caminando a lo largo del canal por el que había llegado allí, desde Ratchatewi BTS. Supongo que el tránsito de los barcos me llamó la atención, en contraste con las casas tradicionales cada una con embarcadero y barco propio, en cuyos porches pasaban varias familias la lluviosa sobremesa. Todo tenía un regustillo tradicional, pero en ese momento no llegaba a ser consciente de hasta qué punto.
En el mapa se ve un poco raro, la mayor parte del tiempo caminé a lo largo del canal.
La historia del barrio de Baan Khrua se remonta a finales del siglo 18, cuando los Musulmanes Cham de Cambodia y Vietnam se aliaron con el nuevo rey de Tailandia, que los recompensó con este trozo de tierra al Este de la nueva capital llamabada Chonburi. Estos inmigrantes trajeron sus tradiciones en torno al telar y la seda, dando lugar a una comunidad que prosperó al construirse el canal Khlong Saen Saeb, para conectarlos mejor con el río.
Con la llegada de Jim llegó el boom económico a este barrio. Corrían los años 50-60, Jim estableció sus fábricas al otro lado de donde terminaría poniendo su hogar y los artesanos exportaban su producción a todo el mundo. Desgraciadamente, su misteriosa desaparición conllevó un cambio en la estrategia de la producción de la seda que se trasladó a otras zonas del país. Esto condujo a muchos musulmanes a abandonar el barrio y su lucha para no verse reemplazado por una autopista, siendo sustituidos por inmigrantes del Noreste de Tailandia.
Mi pequeño amigo del puente - la mayoría de los gatos Thai tienen los ojos claros.
Angosto a la vez que memorable, la belleza de lo inesperado.
Todavía quedan algunos talleres (Phamai Baan Krua y Aood Bankrua Thai Silk) que operan a la antigua usanza - cerrados cuando llegué - que se encuentran al poco de cruzar el primer puente. Tras bajar las escaleras con el cartel verde de la foto aparecen más carteles que te conducen. El puente se encuentra aproximadamente a la altura de Soi Kasem san 3.
Este taller dice ser el original. El dueño es Niphon Manuthas, un Thai que habla inglés y alemán, sigue produciendo el mismo tipo de seda tejida a mano que originalmente llamó la atención de Jim y comercializando las telas a precios bastante más competitivos que la tienda del museo, justo al otro lado del canal.
La zona tiene un encanto extraño, casas antiguas, calles estrechas, espacios angostos. Sin lujos pero con bastante limpieza y dignidad. Al echar un vistazo encuentras suelos limpios, familias que dejan las chanclas en la puerta y la colada lavada en máquinas compartidas en las esquinas. De alguna manera les sorprende verme, pero con mi sonrisa - la mejor arma en Tailandia - consigo pasar desapercibida.
Un restaurante con vistas
Gatos con los ojos claros, por todas partes.
Lavadoras públicas
Casa al estilo tradicional Thai - de las cuales quedan algunas en mi barrio - completamente abierta, con la tienda de huevos de cara a la calle.
Aquí las gallinas... Todo muy fresco.
Jamiul Khairiyah es una mezquita extremadamente colorida - a la que no me acerqué porque mi atuendo no era apropiado.
Casa tradicional Thai, muy similar a la de Jim en la que se aprecia perfectamente la construcción inclinada hacia dentro, para vencer a la gravedad sin usar clavos.
De ahí seguí caminando en la lluvia, encontré un templo ya cerrado y decidí que siendo de noche era un buen momento de vencer al pánico y celebrar un día explorando la ciudad con un paseo en Tuk tuk de vuelta a casa - el primero desde que me robaron el bolso de un tirón hace 8 años - todo por explorar un sitio nuevo en Ari, cortesía de mi partner in crime Jorge!
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