Tras la boda, vino la separación. El periplo por ciudades europeas para una, el retiro en la Suecia profunda para el otro. Es una mierda, cuando estás rodeado de gente que te hace sentir solo. Cinco días nada más, pensará alguno. Cinco días que saben a demasiado, cuando apareces el viernes en casa, media hora antes de salir hacia la cena de gala - también conocida como la noche de las patentes - a la que no te apetece ir demasiado.
Pero te plantas, a beber gratis y presentarlo en sociedad. Y la velada inventora, se convierte en algo inusitadamente divertido para un evento laboral. Manda huevos, pero conocía a mucha más gente el viernes pasado de los que conozco en mi propia unidad. Aún así, tengo gente, aquí y allá.
A veces, mi jefe me manda a meetings a los que a él le es imposible acudir. Pobre hombre, hoy le habían robado la cartera con pasaporte y portátil. Pero el drama de uno, se convierte en reencuentro para la otra. Porque hoy, me he cruzado con alguien especial. Mi rubio ángel de la guarda. Nuestro querido Rutger. El mismo que hace unos años, decidió darme una oportunidad y presentarme a aquellos jefes, que me habrían de contratar. Parece mentira, que sólo sean dos años y poco los que acaban de pasar. Parece una vida, si computamos todo lo vivido desde que me hicieron la personal card. Aún así no son sólo vivencias sino personas, que las hacen perdurar.
Sea en tu entorno cercano o en la amistad virtual. Son aquellos con las que te cruzas, las que dan significado a tu realidad. Aparecen de repente, en el metro, sin avisar. Aparecen y te regalan una sonrisa y ese guiño que culmina este día para olvidar. Son esas pequeñas cosas, como estrenar la cafetería de abajo con Enrique o darle un beso repentino a David, las que de verdad, te llenan al cerrar los ojos, justo a la hora de acostar.
Me encanta estar en casa. Pero no son las paredes sino tú, el que convierte estos metros, en un verdadero hogar.
1 comment
Es que, que a gustito y feliz se está en casita con el amorcito cerca, eh? aunque uno esté leyendo y el otro viendo una peli ... el saber q está ahí ... a mi tb me encanta estar en casita con mi amor.
Oye, teneis los ojos del mismo color no???
Guapos!
besazo desde tu isla!
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