Un palacete, un patio cubierto de flores, pequeñas lucecitas que iluminan el suelo empedrado y la intimidad que dan mesas separadas lo justo como para sentirte acompañado sin escuchar la conversación de los que cenan a tu lado. Supongo que vas a Can Carlos en busca de una experiencia y vuelves encantado, con la fusión de platos tradicionales(como la dorada al horno) e importados (como el tataki de atún).
No es un sitio barato, pero es lo que tienen las cosas que se salen de lo común. De todas formas, las experiencias son lo que más feliz nos hace, así que supongo que merece la pena invertir en buenos recuerdos, que son el mejor souvenir de las vacaciones.
Hace poco leí un interesante artículo que planteaba el minimalismo como modo de vida. Resulta que el autor, se llama Mark Mason y se dedica a escribir sobre la psicología de la vida moderna. No podría estar más de acuerdo con él, en muchos aspectos.
Vivo sin televisión desde hace 7 años. No entiendo esa religión Española (de la que mi padre es devoto practicante) que requiere tener la tele encendida constantemente, de background durante la comida, la cena u otras actividades, como leer el periódico. Será porque crecí viendo a mi madre coser con música clásica, pero el caso es que me resulta bastante natural eso de "no ver la tele" - especialmente, desde que salí de España.
Cuando me mudé a Suecia, había una tele en la cocina común, donde se emitían canales suecos (no entiendíamos ni jota) y otros internacionales (tipo MTv). Al ser 10 en aquella cocina, no era fácil elegir programación. Además de que, el año de ERASMUS te da la oportunidad de hacer amigos nuevos de culturas muy diferentes a la tuya. Hablar con alguien de Singapore o ver como un Chino sorbe noodles (en su cultura no es desagradable, sino buenas maneras) es más interesante que el típico reality al que estaba enganchada en Zaragoza.
De la cocina compartida, pasé al piso compartido. Enrique se vino a Estocolmo y empezamos "la vida adulta". Será porque disfrutamos más del aire libre que de la casa, pero no recuerdo muchas tardes de sofá y manta. Si andamos encerrados, suele implicar "hacer algo" (desde cocinar, hasta posteat, pasando por estudiar, soldar o tocar el ukelele). La cena, la pasamos hablando u ocasionalmente, viendo alguna serie de las que enganchan (como Mad Men). Es irrefutable que la peli en casa es una alternativa cozy a esas tardes lluviosas que abundan en Suecia. Así que nos hicimos con un proyector, para esos días en los que no ibamos al cine.
En Japón, tener muy poco tiempo libre te enseña a valorar cada segundo fuera del trabajo como si fuera el último. Evidentemente (y por negativo que sea para mi listening practice) seguimos sin caja tonta.
Todo este rollo, para animaros a experimentar algo nuevo con alguien que importe de verdad y justificar la idea que Mark cita, del club de la lucha The things you own, end up owning you y como él mismo añade acerca de los estudios de felicidad, las experiencias te hacen más feliz que tus posesiones, de ahí que sea mejor invertir energía en las relaciones que en los objetos.
{el momento de atravesar ese patio de ensueño de su mano, lo llevaré puesto siempre. Mientras que la parte de mi armario que se quedó en cajas en Estocolmo y Zaragoza, ha pasado al olvido sin enterarme}
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2 comments
No podría estar más de acuerdo contigo. Lo que realemente nos llena son las experiencias que vivimos (y lo que realmente nos atonta, la tv :P)
Siempre que estáis en casa andáis haciendo cosas? A mí hay días o tardes después de trabajar en las que el cansancio no me deja hacer nada... Y sí, lo siento como tiempo perdido! :( :(
Muy chulo el sitio en el que cenásteis.
Besos,
I.
En Suecia, hacíamos deporte casi a diario. Pero reconozco que es mucho más fácil cuando trabajas 8h que cuando estás metido en la oficina 12.
En Japón, hay días que es llegar a casa, hacer la cena, cenar, recoger y mágicamente son las 22:30 - casi la hora de irse a la cama. Así que muchas veces, acabamos leyendo en internet media hora (como quien mira el periódico) y se termina el día.
Hacer cosas me da energía, cuanto más me muevo más aguanto y al revés, también, eh? En esos períodos de aletargamiento (sea hormonal, físico o emocional) todos nos bloqueamos. La forma de salir de ellos (al menos lo que a mí me funciona) es darme tiempo paa descansar, pero no demasiado.
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