Cloudy. Spring.

Ayer a Enrique le tocó trabajar, third weekend on a row, que no será justo pero te aseguro que sale rentable... Constatando a lo que pagan el Overtime C.

Aproveché el día. Que para eso es Domingo. Correr 14km bajo el sol, ver cómo se echan los veleros al mar - tras el largo letargo invernal, cómo se pintan los signos del carril bici o cómo se construye un tren bajo la ciudad. Muchas oportunidades de culturizarte antes de las 11AM. Mimarme con una sauna, una buena comida y otro paseo, entorno a mi Arcadia particular.

19:00, este chico sin llamar.

Por mucho que te paguen, que tu Domingo se convierta en no ver el sol y abandonar el laboratorio casi pasadas las 20, no tiene nombre. Al final, el dinero no compensa si eres feliz con las pequeñas cosas que vienen gratis como - dejando a un lado los gadgets locos - viene a ser el caso de Enrique.

Cualquiera pensaría que debo estar estupendamente. Corriendo casi cada día, marcándome unos 30km por semana. Rayos, paseos, jornadas laborales cortas, mucho tiempo libre. Pero no señores, estoy más jodida que nunca. Hace tiempo decidí afrontar mis problemas de salud, luchar contra todo lo que más temo y empezar a tomar esas pastillas que tan mal me han hecho sentir siempre.

Porque cuando algo ajeno a tu cuerpo aparece de lleno, es normal que te sientas fatal. Pero claro, debes seguir el consejo médico, porque eso de la osteoporosis y los daños cerebrales permanentes, dan más miedo que Heidi Montag sin maquillar. Al menos, lo daban al principio. Cuando culminar los 10 primeros días de tratamiento eran un reto a conseguir.

Dos semanas después, han pasado muchas noches de insomnio, días de malestar y me he cargado con cuatro kg de más - de momento.

Exagerada - pensará alguno.

Enferma - apostillará otro.

Idiota - te contesto, a la vez que te invito a un ejercicio simple: Agarra 4 bricks de leche y repártelos en tus manos, dos a la derecha, dos a la izquierda. Camina, corre, intenta hacer tu vida. Ponte tu ropa y contempla con desesperación cómo el botón, que 15 días atrás iba holgado, no cierra. Y pregúntate, hasta cuándo? Y siente el pánico. Porque si habiéndote movido lo que te has movido estás así, qué será de tí cuando la carga de curro aumente, cuando te toque quedarte como al pobre Enrique y los días terminen con un metro tardío, la compra y a dormir?

No. No es cuestión de talla. Sino de hinchazón, de malestar, de pesadillas, de sofocos. De sentirte basura, de llorar y reaccionar extrañamente. Marioneta de tus hormonas, una vez más. Por qué nada funciona bien en este organismo? Lees acerca de las carencias y descubres mil vínculos con trastornos emocionales - como el obsesivoCompulsivo.

Recibes esa palmadita en la espalda. Que viene desde lejos, pero suena caliente y anima, por aquello del conocimiento de causa. Te gustaría contar alegrías, historias que alegraran el día de cualquiera que pasara por este link. Pero no. Hoy no es el día.

Mañana será otro día. En el que espero, mis rodillas duelan menos - 28km en un día es un poco cebada, y mi cabeza ande menos aturullada. En el que espero, haga suficiente calor como para permitirme llevar falda: Irónicamente, ahora no tengo nada que ponerme.