El interior de Formentera está cuajado de campos bordeados de piedras que los campesinos arrancaron en algún momento, para poder cultivarlos. Casi nadie camina por ellos y cuando lo haces, se paran los coches a preguntar:
- Buscas algo?
- No... Tan sólo iba al Estany (que está rodeado de una ruta verde, según el mapa)
- Ah, pues sigue para abajo.
Tras un poco de zozobra, terminas por encontrar la laguna con olor a azufre y estanques que conmponen el comienzo de las salinas. Situadas en un suelo horizontal y próximo al mar, supusieron una fuente de ingresos desde épocas prerromanas. La sal, era el oro blanco, fácil de obtener en el entorno Norte de Formentera. Así que la isla se benefició, hasta que Felipe V las expropió en beneficio de la corona española.
Esta cuadrícula de estanques, donde el agua se decanta mediante la apertura o cerramiento de determinadas compuertas, juegan con la evaporación del agua hasta conseguir la cristalización del preciado elemento. Hoy en día, las aves y plantas que habitan el humedal constituyen una riqueza todavía mayor.
Mis pasos rodearon el estanque hasta la parte norte, donde ae encuentra el Puerto de La Savina que da entrada a la isla, además de concentrar autobuses, restaurantes y un mercadillo hippy.
S'Estany des Peix es una bahía con muy poca profundidad, aguas tranquilísimas y mil pececillos, donde anclan los barcos de poco calado. Perfecto para refrescarte antes de continuar al destino final, el uis,ote de Es Palmador, que culmina el cabo Norte de la isla.
Hay otra ruta que comienza justo ahí y conduce tus pasos (bici) hasta el mágico entorno, donde ,os famosos de Illetes conviven con los hippies de Es Trocadors.
Simplemente, sigue el puerto hacia el Este y justo en el castillo, donde empieza una rampa hacia arriba, está el comienzo del camino.
El camino pasa junto a la zona Norte de las salinas, donde todo está cubierto del blanco NaCl.
Las aguas cristalinas de Illetes, junto a una construcción tradicional.
El antiguo molino de sal, hoy convertido en restaurante.
La branch de Nómadas esa fabulosa escuela de deportes acuáticos donde conseguí ese SUP que convirtió mis vacaciones en algo tan especial (paddle like a Victoria's Secret angel? DONE!)
Apostaría a que quisieron escribir "diving" pero no sabían cómo.
Tras un poco de relax & celebrity spotting en las cristalinas aguas de Ses Illetes, me metí en esa sucesión de arena y roca que conduce hasta Espalmador.
El cabo está lleno de monolitos, que la genteha construido por alguna razón. Todavía he de investigar, pero a juzgar por cómo sopla el viento, imagino que representan a un inquebrantable amor.
Megayates de las ricachas que desgraciadamente, destrozan la posidonia :( como me explicó uno de los músicos de Bossa Nova.
Yay! Es Pas! Ese estrecho de agua que separa Formetera de Es Palmador. Como Rodrigo ya me había avisado, si hay bandera roja no cruces. La corriente más fuerte está en el fondo, así que ver la superficie calma, no te asegura nada: Pensálo, te caés y perdés la cámara, el iPhone y todo... No merece la pena.
Al borde de la deshidratación, me dí un baño. Pero he de reconocer que las corrientes eran bastante respetables, comparables a las de Zushi cuando se acercaba el tifón #5 a Japón. Así que mejor escuchar al socorrista y emprender, poco a poco, la vuelta a casa. Que sin moto, las cosas son más ecológicas pero también semueven más despacito.
Formentera. Donde todo puede pasar, las noches son tranquilas, la gente hippie de verdad. Baja tu tensión sólo de oirles hablar. Un bañito con los peces del Caló de San Agustí llena tu alma de felicidad. Un sitio donde experimentar la naturaleza con toda pureza y amabilidad, donde ir bien acompañado o solo, para volver con un millón de historias que recordar.
Gracias, Rodigo y Giovanni (mis monitores en nómadas) por cuidarme e indicarme cómo disfrutar del mar.
Gracias, a los chicos de Las Banderas, por esas veladas inolvidables junto al mar.
Gracias, a esos conductores del bus, por ser unos guías de verdad.
Gracias, Formentera por reponer mi energía física y mental.
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